Crecí rodeada de figuras femeninas fuertes que me enseñaron a sanar mis propias heridas y a transformar el dolor en fortaleza. Mi madre, mi abuela y otras mujeres clave en mi vida me impulsaron a dedicarme a la psicología, con el deseo de acompañar a quienes atraviesan los mismos desafíos.
Mi motivación no viene solo de mi experiencia profesional, sino también de la personal. Entiendo el sufrimiento que traen consigo las heridas emocionales, la falta de autoestima y la dependencia emocional, porque yo misma he transitado esos caminos.
Por eso, aquí, quiero ofrecerte las herramientas para que puedas hacer lo mismo: sanar tus heridas, empoderarte y vivir una vida plena.